Gastronomía

Después de un día descubriendo senderos, rincones y paisajes únicos en Fuente Librilla y sus alrededores, nada mejor que sentarse a la mesa y disfrutar de la buena gastronomía local. Aquí la cocina se vive con calma, entre platos caseros, sabores de siempre y la calidez de un trato cercano.

Te dejamos dos recomendaciones para que pruebes lo mejor de la zona y termines tu jornada saboreando la esencia de nuestra tierra.

Restaurante Avenida

Un lugar de toda la vida, a tan solo 70 metros, donde disfrutar de platos caseros y buen ambiente. Perfecto para una comida tranquila después de explorar la zona. El trato cercano y su menú tradicional lo convierten en parada obligatoria para recargar energías.

Restaurante El Chaleco

A solo 20 minutos, en Alhama de Murcia, el Restaurante El Chaleco es ideal para disfrutar de cocina murciana con un toque especial. Con platos generosos, ingredientes de calidad y un ambiente acogedor, El Chaleco se convierte en una opción estupenda para comer bien y sentirse como en casa.

Restaurante Los Cortijos

Restaurante Los Cortijos (Fuente Librilla), a solo 5 minutos, es una parada obligatoria para los amantes de la buena mesa. No te vayas sin disfrutar de sus generosas gambas, su singular rape o sus perfectamente elaboradas empanadas. Y para terminar, nada mejor que un pastel de frutas atrayente que te dejará con un excelente sabor de boca.

Restaurante El Mirador de Gebas

Restaurante El Mirador de Gebas (Gebas), a solo 10 minutos, es un lugar donde la arquitectura se funde con el paisaje. El barro, la piedra, la madera y la forja —elementos autóctonos— están presentes en cada rincón de sus salones. En su interior, la belleza de la naturaleza se abre paso a través de sus amplios ventanales, creando un bello marco que se mimetiza con el entorno maravilloso que lo rodea.

Restaurante El Casino Gastrobar

En Restaurante El Casino (Mula), a solo 20 minutos, podrás disfrutar de una gran cocina en miniatura a través de nuestras tapas. En estos bocados encontrarás desde recetas de toda la vida, como croquetas o la típica oreja de cerdo en su versión más actualizada, hasta sabores internacionales inspirados en nuestros viajes.